domingo, 17 de febrero de 2008

Euphoria Morning


Éste es quizás el disco más significativo de mi vida, lo digo tanto por su parte musical y letras, pero sobre todo lo que significó para mí en un momento muy especial de mi existencia. Graciosamente este disco fue mi refugio, mi apoyo sentimental, ese necesario para el remordimiento, ese que me hacía recordar a esa persona en particular, ese que me decía cuan mal estaba, o tan sencillamente ese que me hacía derramar más de una lágrima. Es verdad lo que dicen, cuánto más cabizbajo te encuentras, cuanto más angustiado y triste estés, generalmente la medicina es la que te bajonea aún más y eso me sucedía con este disco, pero pasó que después esas mismas canciones que me traían malos recuerdos, empezaron a traerme buenos recuerdos, a darme alegría y a mostrarme una belleza inigualable. Precisamente esa belleza musical, es debida al gran ejecutor de esta pieza maestra el gran jefe “Chris Cornell” sí el mismo de Soundgarden, el mismo de Audioslave, pero aquí en un lado mucho más intimo nos muestra su sensibilidad al extremo.




Esta joyita llegó a mí gracias a un compañero de universidad, que me lo prestó en Cassette, “era de su hermana”, insolentemente me lo prestó sin permiso. Posteriormente lo escuché, en uno de esos enormes viajes al sur. A medida que transcurría el viaje, la emoción no daba para mayor explicación que para un par de suspiros locos y rápidamente los recuerdos de momentos bellos se me venían a la mente, con cada uno de los temas que pasaban, basta sólo escuchar la blusera ‘When I’m Down’ para darse cuenta que Cornell realmente perdió el temor a mostrarse y a escribir letras más directas. O también ‘Wave Goodbye’, la canción dedicada a Jeff Buckley, que escribió apenas se enteró de la muerte de su amigo y que manifiesta un intenso dolor y fragilidad no sólo en las letras (“you try to stand up strong and brave when all you want to do is lay down and cry”; “tratas de ser fuerte y valiente cuando todo lo que quieres hacer es tirarte al suelo y llorar”) sino en la misma forma en que Cornell interpreta el tema, que evoca profundamente a Buckley. Y asimismo, la melancólica ‘Steel rain’, en la que se siente a un Cornell profundamente conmovido, y ‘Sweet Euphoria’, en la que Cornell canta solo, con su guitarra acústica y la delicadeza de una melodía que vive en un dormitorio, que no fue hecha para grandes escenarios, sino solamente para ti y tus oídos.

Por otra parte, el lado más ‘rockero’ se muestra con ‘Can’t Change Me’, la alegoría a esa joven en llamas que puede cambiar el mundo, pero que no puede cambiarlo a él… o también como una referencia a las chicas apasionadas que pretenden arrasar con todo, pero les resulta imposible…’Preaching the end of the world’, una de las más impresionantes y bellas del disco, donde casi clama por alguien que lo acompañe a los fuegos eternos del fin del mundo, y también ‘Pillow of your bones’, que a pesar de ser muy simple, contiene un poder inmenso, evidenciado en su inconfundible interpretación vocal. En suma, un trabajo que se debe escuchar, donde Cornell llega a terrenos inexplorados y enternecedores… “Euphoria Morning”, por poder mágico, es capaz de desvelar el alma, de regalar un corazón a los “hombres de lata”.






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