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A lo largo de mi breve existencia, he tenido la suerte de viajar a muchos lugares y de una diversidad sin igual, es así que en una de esas innumerables emigraciones fuera de la sucia capital, me dirigía a ver a mis “viejos” al sur, después de casi un año de no saber de ellos, solamente gracias a la bondad de mi madre, que me llamaba en ocasiones, sabia de la existencia de ellos jajajaja y de las cosas que pasan por esos lados. Es importante mencionar que en esos tiempos me encontraba en la universidad 3 Año aproximadamente, y mi estado estaba era de cansancio y el hecho de que viajara significaba que quería descansar después de un largo año. Otro aspecto que le otorga un carisma chistoso a esta "mini odisea" es que odio viajar en bus!!!, es que lo aborrezco… da lo mismo la clases de que sea, no, no miento sin duda es mejor el salón cama y en algunas compañías de buses, acaso no lo saben? Potencialmente la compañía puede ser más agradable a la vista que en otras, es un comentario quizás frívolo, pero cierto!!! Y es aquí donde empieza este relato, lamentablemente en esta oportunidad no había una compañía de buses digna, los pasajes estaban agotados, y no me quedó otra que arriesgar mi vida en una especie de nave espacial de los años 40, en donde tanto el chofer y auxiliar como los pasajeros parecían estar sacados de una de las películas de terror y absurdo más horribles dentro del estilo Under, “un paisaje surrealista”.
Llegada la hora de la partida, ingreso a la cafetera espacial, y siento que algunas personas me miran detenidamente, debe haber sido porque en esos tiempos, tenía el pelo extremadamente largo y vestía de negro, no me importó tanto aquellas miradas por lo que caminé hasta el asiento 34, a medida que avanzaba decía en lo que me he metido!!! Solo deseaba que ese asiento 34 no estuviera acompañado por su compañero 35 y fue así!!! un pequeño alivio sentí en mi alma, me iría solo en el bus sin compañía. El asiento del bus era bastante duro, no había aire acondicionado, la gente comía y botaba sus papeles al suelo, un par de guaguas lloraban detrás de mí, quizás estoy exagerando, pero la verdad es que me encontraba bastante disgustado y eso que recién el viaje iniciaba; cuando creía que el día me daba una mano o que la vida me entendería un poco, el cielo se nubló, no habían pasado un par de kilómetros de la salida de Santiago y se sube al bus una señora vieja, muy vieja, con un par de bolsas una en cada mano, podría decir que era una señora “siniestra”, lo único que hacía en esos momentos era utilizar mis poderes mentales cual Marx Demian diciendo (al revés) : ”No por favor!!! que no se siente acá, no no no!!! Siéntate en otro lugar vieja de mier..!!! Pero parece que no estaba concentrado, porque antes de abrir mis ojos, escucho, hijito!!! Me das permiso para pasar, mi rostro cambió, estaba realmente fastidiado tendría que aguantar a mi lado a una persona, por lo menos hasta San Fernando. No lo creerán, pero la vieja osó en hablarme y preguntarme una cantidad de estupideces, y a querer saber de mi vida, desde cómo me llamaba hasta a donde iba, eso me fastidió de sobremanera, pero lo que me irritó fue cuando descaradamente me preguntó que porque utilizaba el pelo largo, según ella a sus hijos nunca los hubiera dejado tener un pelo tan largo, en esos momentos yo deambulaba en mi rabia, y asentía con mi cabeza si y no a las cosas que me decía la vieja, “quizás era usurea” ( para los que han leído crimen y castigo saben el significado que conlleva la palabra usurera y lo que se me pasaba por la mente), pero aquella vieja no sabía la táctica más maldita que puede utilizar una persona y lamentablemente para ella yo la utilizaría, en un momento de distracción saqué mi disman, me puse mis audífonos y listo, la felicidad llegó a mí y la señora no tuvo otra cosa que hablar sola, sonreí y dije quizás era usurea…
Ahhhh… Pero esto no termina acá, lamentablemente para mí no fue así, si bien la vieja bajó en su destino ya antes mencionado, se incorporó un nuevo visitante a mi largo viaje, pero ésta era la antítesis de la anterior era joven, bella y tenía un atractivo bastante singular, no había otra opción se tenía que sentar al lado mío, ya que era el único asiento que quedaba libre en el bus, y así fue, lo primero que hice fue sacarme los audífonos y tratar de “lindolfear”(a pesar de mi asumida timidez) la sorpresa grande fue cuando ella empezó hablar y a preguntar una gran diversidad de cosas, posterirmente ambos lo hacíamos, cada palabra intercambiada concluía con una sonrisa de ambos ( muy mamón toda esta parte) la encontraba muy atractivo, no es que la encontrara era muy atractiva y escuchaba música muy similar lo que me cautivó aún más (para los que algo me conocen eso es una de mis debilidades), el viaje se me hacía muy placentero, por lo que olvidaba completamente a lo que incomodidad del bus se refiere, me regaló un chocolate, me mostró un par de fotos y relataba una que otra anécdota de su vida, pero, pero, pero, pero pasó lo que tenía que pasar, el desgraciado momento la desgraciada 5 hora, en un momento me dice “ ¿me podrías emprestar la frezada por fa? ( no era mi frazada era la que se encontraba arriba) es que acaso dijo emprestar en vez de prestar? Es que dijo frezada en vez de frazada? No lo podía creer, por más que trataba de olvidar aquellas palabras no podía, más si estaba yo para mala suerte de ella estudiando castellano, no podía, lamentablemente no podía dejar pasar tal aberración!!! Era bonita, era muy simpática, pero era imperdonable las palabras que expresó!!! tenían que ser castigadas, agredidas con el látigo de la indiferencia, lo lamentaba profundamente, pero no quedaba otra, la ilusión de 5 horas se desplomó por dos miserables palabras, me puse fríamente los audífonos y no le hice más caso hasta que llegue a mi destino, no importaba ni siquiera que ya no tuviera ni pilas buenas, solo actuaba como que escuchaba, lo importante era, descansar y ser indiferente, me di cuenta de su malestar, pero creo que ella nunca entendió del mío. Si hubiera sido estudiante de matemática, las palabras quizás no hubieran importado y yo en una de esas ya estaría casado con ella, quien sabe… quizás si, quizás no... "Malditas palabras!!! ajja
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