sábado, 9 de febrero de 2008

El hijo Pródigo

Dedicada a una pequeña gran persona.

Pensemos? ¿Cuántas veces no hemos pensado que no somos los preferidos?, sea en la familia, trabajo o entre nuestros potenciales amigos. Elaboramos un sin número de conjeturas para poder entender lo que para nuestros ojos y sentidos superiores resulta una verdad incomprensible; reflexionamos largo tiempo y no llegamos a ninguna conclusión que nos tranquilice o logre convencer, decimos, pero siempre él?, porque el sí y yo no!! Pregonamos porqué mi hermano(a) tiene más privilegios que los míos!!!, es que siempre le dan el gusto, nunca le dicen nada, es que de verdad se nota mucho la diferencia entre yo y él o (ella)!!!. Es ahí donde empieza nuestra imaginación a expandirse hasta lugares remotos y sin retorno, no digo que en algunas ocasiones pueda resultar cierto, de que alguna preferencia pueda llegar a existir. Recordemos que estamos llenos de sentimientos, gustos, preferencias que nos hacen decidir diariamente, pero entre hijos? Siempre creí que existen hijos más “regalones” que otros por denominarlos de una u otra forma, quizás para el padre o madre aquel hijo "predilecto" se acerca mucho mása su personalidad, es su proyección o casi su encarnación, pero ¿no son todos los hijos encarnaciones de nuestros padres de una forma u otra?, no son los hijos todo para un padre?. Dejemos de lado situaciones extremas que están relacionadas con el maltrato, violencia intrafamiliar, en donde puede incluso llegar a la muerte (homicidio, parricidio etc.) La mayoría de los padres cuidan de sus hijos como el tesoro más querido, (hablo de mi experiencia), buscan aunque en muchas ocasiones no lo entendamos, “nuestro potencial bien”, Sin embargo cabe una pregunta, es que acaso no seremos responsables en alguna mínima medida del comportamiento que tienen nuestros padres con nosotros? Son humanos o no? son seres perfectibles? Es así, cometen tanto o más errores que nosotros, acaso no se merecerán ellos un simple te quiero viejo o vieja?, les agradezco lo que hicieron por mi!!, pero no y me incluyo no hacemos grandes esfuerzos o quizás somos mezquinos y con los que menos se lo merecen.

La imparcialidad siempre ha sido un ejercicio dificultoso y de alta complejidad, me imagino para los padres… como ser parcial con todos sus hijos, como tratar de no equivocarse, para que ninguno de ellos vea una cierta diferencia que para él o ella pueda resultar cierta. Pero no será que más que un hijo regalón, ese hijo predilecto, que le dan todo lo que quiere, no es por otra cosa que por necesidad!!, que es simplemente porque es él, la persona que más carece, que más lo necesita, “ya que el otro derecho y fuerte está” acompañado por una madurez, que creen los padres que posee. Como la gran mayoría de los lectores sabe, la blibia habla de esto llamado "preferencia justificada", por no ser un erudito en el tema religioso, prefiero Citar un episodio de la biblia que sirve para explicar quizás, solo quizás, esta incertidumbre:

“Un hombre tenía dos hijos.12 El menor de ellos dijo al padre: `Padre, dame la parte de la hacienda que me corresponde.' Y él les repartió la hacienda.13 Pocos días después, el hijo menor lo reunió todo y se marchó a un país lejano, donde malgastó su hacienda viviendo como un libertino.
14 «Cuando se lo había gastado todo, sobrevino un hambre extrema en aquel país y comenzó a pasar necesidad. 15 Entonces fue y se ajustó con uno de los ciudadanos de aquel país, que le envió a sus fincas a apacentar puercos. 16 Y deseaba llenar su vientre con las algarrobas que comían los puercos, pues nadie le daba nada. 17 Y entrando en sí mismo, dijo: `¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan en abundancia, mientras que yo aquí me muero de hambre! 18 Me levantaré, iré a mi padre y le diré: Padre, pequé contra el cielo y ante ti. 19 Ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a uno de tus jornaleros.' 20 Y, levantándose, partió hacia su padre.
«Estando él todavía lejos, le vio su padre y, conmovido, corrió, se echó a su cuello y le besó efusivamente. 21 El hijo le dijo: `Padre, pequé contra el cielo y ante ti; ya no merezco ser llamado hijo tuyo.' 22 Pero el padre dijo a sus siervos: `Daos prisa; traed el mejor vestido y vestidle, ponedle un anillo en la mano y unas sandalias en los pies. 23 Traed el novillo cebado, matadlo, y comamos y celebremos una fiesta, 24 porque este hijo mío había muerto y ha vuelto a la vida; se había perdido y ha sido hallado.' Y comenzaron la fiesta.
25 «Su hijo mayor estaba en el campo y, al volver, cuando se acercó a la casa, oyó la música y las danzas; 26 y, llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello. 27 Él le dijo: `Ha vuelto tu hermano y tu padre ha matado el novillo cebado, porque le ha recobrado sano.' 28 Él se irritó y no quería entrar. Salió su padre y le rogaba. 29 Pero él replicó a su padre: `Hace tantos años que te sirvo, y jamás dejé de cumplir una orden tuya, pero nunca me has dado un cabrito para tener una fiesta con mis amigos; 30 y ¡ahora que ha venido ese hijo tuyo, que ha devorado tu hacienda con prostitutas, has matado para él el novillo cebado!'
31 «Pero él le dijo: `Hijo, tú siempre estás conmigo, y todo lo mío es tuyo; 32 pero convenía celebrar una fiesta y alegrarse, porque este hermano tuyo había muerto y ha vuelto a la vida, se había perdido y ha sido hallado.

Quizás esta sea una posible respuesta de la preferencia entre uno y otro hijo, ojalá que sea ésta la verdadera razón que nuestros padres tienen para dar lo que nosotros entendemos como una injusta preferencia y no sea que ciertamente los padres se equivocan tanto o más que los mismo hijos y comenten el grave pecado de la imparcialidad. dígame que feo y decepcionante sería... pensemos que aún el mundo guarda algo de bello y justo.

"Recuerde nada es lo que parece".

jueves, 7 de febrero de 2008

Fábulas (Schopenhauer – Kafka)



Los Puerco-Espines

(A. Schopenhauer)

Un día crudísimo de invierno, en el que el viento silbaba cortante, unos puerco-espines se apiñaban, en su madriguera, lo más estrechamente que podían. Pero resultaba que, al estrecharse, se clavaban mutuamente sus agudas púas. Entonces volvían a separarse; pero el frío penetrante los obligaba, de nuevo, a apretujarse.

Volvían a pincharse con sus púas, y volvían a separarse.

Y así una y otra vez, separándose, y acercándose, y volviéndose a separar, estuvieron hasta que, por fin, encontraron una distancia que les permitía soportar el frío del invierno, sin llegar a estar tan cerca unos de otros como para molestarse con sus púas, ni tan separados como para helarse de frío.

A esa distancia justa la llamaron urbanidad y buenos modales.



Una fábula breve

(F. Kafka)

-¡Ay!-dijo el ratón. El mundo se hace cada día más pequeño. Al principio era tan amplio y era feliz de poder ver, al fin, en la lejanía, muros a derecha e izquierda, pero esos muros tan largos comenzaron a cerrarse con tal rapidez, uno detrás de otro, que ya me encuentro en la última habitación, y allí, en el rincón, está la trampa en la que caeré.

-Sólo tienes que cambiar la dirección- dijo el gato; y se lo comió.